Guardad secreto, esto es,
no habléis con ninguno de esta vuestra duda, o de esta tentación, o de esta ya
casi victoria que el demonio ha obtenido sobre vosotros; por lo que más
queráis, no promováis quejas con vuestros compañeros. Os decía hace poco que la
vocación es una perla preciosa; ahora, si vosotros habláis con otros, el
demonio se mete en medio de los susurrones y os hace el destrozo que no os
deseo en ningún modo. ¿Y sabéis por qué os insisto en el secreto? Porque es ley
natural, y el Papa San Gregorio Magno nos amonesta de este modo: Depraedari
desiderat, qui thesaurum publice portat in via. Siendo la vocación un gran
tesoro, si se da a conocer en todas partes, se pierde. Por lo tanto, secreta la
vocación, secreta la duda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario