miércoles, 31 de diciembre de 2014

Año Nuevo (I)


          ¡Año 2015, bienvenido, seas lo que seas, pues Dios te envía!... ¿Qué me traes? Lo mismo me da, pues también el Señor es quien lo envía. Que Él me ayude a servirle mejor dentro de tus días y tus meses… que Él y María me protejan como lo han hecho en años anteriores, y que cuando termines, pueda decir, no como hoy, que he dicho que estoy más cerca de Dios en cuanto al tiempo que me falta de recorrer el camino de mi vida mortal, sino que pueda decir en verdad que el Año 2015 me ha servido para acercarme a Dios, pero en santidad, en perfección y verdadero amor… Todo lo demás que no me sirva para eso, no lo quiero, pues es realmente tiempo perdido…, y mirándolo bien, y con mí conciencia a la vista, ya he perdido bastante.

¡Año 2015, bienvenido seas, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espírtu Santo!


(Adaptación de “Saber Esperar”, San Rafael Arnaiz).


martes, 30 de diciembre de 2014

Conferencia de San Juan Bosco a unos novicios (II)

Un joven, cuando se trata de deliberar sobre su vocación, se encuentra frente al mundo, que le presenta mil lisonjas. ¡Oh, cuántas cosas se presentan a la mente del joven en esta edad! Por una parte, se desearía disfrutar de ella; pero por otra está el amor a la gloria, el deseo de hacer carrera, el ansia de ganar dinero y llegar a ser ricos. Es más; el demonio pone en la mente la monotonía de la vida religiosa, los desprecios, las mortificaciones, la continua obediencia.

¿Cómo habérselas con todos estos pensamientos para decidirse en la vocación? Hay que hacer como enseñaba San Ignacio a San Francisco Javier mientras ambos estudiaban en la Universidad de París. Habiéndose conocido y viendo San Ignacio cómo su compañero era muy amante de la vanidad, del honor, de la gloria, le decía:

-¿De qué te sirve todo esto?

-¡Oh!, yo estudiaré, me licenciaré, llegaré a ser profesor y quién sabe si con el tiempo no llegue a ser también profesor de la Sorbona.

-Sí, bien; pero ¿de qué os servirá para la eternidad? Después de la muerte ¿haréis todavía alguna cosa de estas? ¿Qué os quedará? La vida es un soplo, dura poco; la eternidad no acaba nunca. ¿Para qué afanarse tanto por hacer una comedia de pocos días en esta tierra y no pensar en prepararse un buen puesto donde deberemos estar por toda la eternidad?


Un hecho semejante sucedió con San Felipe Neri. Hablando en iguales circunstancias con un joven, Francisco Lassera…, comenzó a preguntarle: “¿Y después?... ¿Y después?”… Este mundo es como una comedia, pasa en un instante.


domingo, 28 de diciembre de 2014

El trono del Niño (II)

          A todo esto, charlando, charlando, se nos pasaban las horas. Yo meditaba las palabras del Ángel, y de ven en cuando me respondía…

          --De acuerdo, Rafael. Tienes razón. Nunca se me ocurrirá pensar que Dios se ha fijado en mí por mis méritos. Pero podría haber buscado a un burro con más experiencia. Yo todavía no he empezado a trabajar. ¿Sabes que eres tú el primero que se me ha montado encima?

          --Sí que lo sabía. Y, como soy un ángel, puede decirse que sigues aún sin estrenar. ¿Por qué crees que no sientes ningún cansancio? Pero no le des vueltas, borrico: Dios va a ser tu único pasajero, y lo llevarás siempre por los caminos de Israel. ¡Qué gran aventura te espera, Moreno!

          --Ya. Desde luego que es estupendo… Pero entonces ¿no voy a tener un establo propio, ni una tierra donde descansar?

          --Yavé te dará el ciento por uno en establos, en tierras, en caminos y en estrellas a las que seguir… Es verdad que también te caerá alguna pedrada; pero no te preocupes: no te apuntan a ti, sino al que llevas encima. Será un gran honor para tu piel de burro sufrir los golpes destinados a Jesús, y poder mostrar las cicatrices de esas heridas. ¿No te parece?

          (Adaptación de "El Belén que puso Dios")

viernes, 26 de diciembre de 2014

El Trono del Niño (1)


Me llamo Moreno y nací justo dos años antes que Jesús. Yo vivía en un establo de Belén, y un día tuve un encuentro muy especial:


miércoles, 24 de diciembre de 2014

Navidad del Hermano Rafael



¡Navidad! ¡Fiesta del Cielo, fiesta en el alma… fiesta en el hogar! De muchas maneras se puede celebrar la fiesta de las fiestas… De muchas maneras se puede esperar al Dios que va a nacer entre los hombres. De muchas maneras celebra el mundo el acontecimiento de la llegada de Dios.

Es la primera vez, en mis veinticinco años, que no estoy en casa de mis padres durante la Navidad. Voy a celebrarla este año en una Trapa, de muy diferente manera que otras veces. No sé si mejor o peor, sólo sé que con más austeridad y mayor recogimiento.

¡Navidad! ¡Cuántas cosas me recuerda! Es estos días luchará mi alma de monje que sólo busca el amor de Jesús en el silencio y la soledad, y mi alma de hombre sensible, aún no muerta a los quereres humanos, y que en su flaqueza añora el calor de la Navidad entre los suyos, en su casa; con sus padres, sus hermanos…

Ahora es distinto; ahora, Dios no me admite ni el turrón ni el mazapán, ni músicas ni cantares...; ahora Dios me pide más. Me pide algo que ya le he dado…, pues se lo he dado todo, y cuando Jesús Niño me llame a adorarle en el Portal, no sabré que ofrecerle…, le ofreceré eso, nada.
 
(Saber Esperar, S. Rafael Arnaiz).

 

domingo, 21 de diciembre de 2014

3º Objetivo del Año de la Vida Consagrada

Abrazar el futuro con esperanza quiere ser el tercer objetivo de este Año. Conocemos las dificultades que afronta la vida consagrada en sus diversas formas: la disminución de vocaciones y el envejecimiento, sobre todo en el mundo occidental, los problemas económicos como consecuencia de la grave crisis financiera mundial, los retos de la internacionalidad y la globalización, las insidias del relativismo, la marginación y la irrelevancia social... Precisamente en estas incertidumbres, que compartimos con muchos de nuestros contemporáneos, se levanta nuestra esperanza, fruto de la fe en el Señor de la historia, que sigue repitiendo: «No tengas miedo, que yo estoy contigo» (Jr 1,8).

La esperanza de la que hablamos no se basa en los números o en las obras, sino en aquel en quien hemos puesto nuestra confianza (cf. 2 Tm 1,12) y para quien «nada es imposible» (Lc 1,37). Esta es la esperanza que no defrauda y que permitirá a la vida consagrada seguir escribiendo una gran historia en el futuro, al que debemos seguir mirando, conscientes de que hacia él es donde nos conduce el Espíritu Santo para continuar haciendo cosas grandes con nosotros.

No hay que ceder a la tentación de los números y de la eficiencia, y menos aún a la de confiar en las propias fuerzas. Examinad los horizontes de la vida y el momento presente  en vigilante vela. Con Benedicto XVI, repito: «No os unáis a los profetas de desventuras que proclaman el final o el sinsentido de la vida consagrada en la Iglesia de nuestros días; más bien revestíos de Jesucristo y portad las armas de la luz – como exhorta san Pablo (cf. Rm 13,11-14) –, permaneciendo despiertos y vigilantes». Continuemos y reemprendamos siempre nuestro camino con confianza en el Señor.

Me dirijo sobre todo a vosotros, jóvenes. Sed el presente viviendo activamente en el seno de vuestros Institutos, ofreciendo una contribución determinante con la frescura y la generosidad de vuestra opción. Sois al mismo tiempo el futuro, porque pronto seréis llamados a tomar en vuestras manos la guía de la animación, la formación, el servicio y la misión. Este año tendréis un protagonismo en el diálogo con la generación que os precede. En comunión fraterna, podréis enriqueceros con su experiencia y sabiduría, y al mismo tiempo tendréis ocasión de volver a proponerle los ideales que ha vivido en sus inicios, ofrecer la pujanza y lozanía de vuestro entusiasmo, y así desarrollar juntos nuevos modos de vivir el Evangelio y respuestas cada vez más adecuadas a las exigencias del testimonio y del anuncio.


Me alegra saber que tendréis oportunidades para reuniros entre vosotros, jóvenes de diferentes Institutos. Que el encuentro se haga el camino habitual de la comunión, del apoyo mutuo, de la unidad. 

sábado, 20 de diciembre de 2014

Nada te turbe I

Nada te turbe, 
nada te espante, 
todo se pasa, 
Dios no se muda;
la paciencia 
todo lo alcanza; 
quien a Dios tiene 
nada le falta:
Sólo Dios basta.


Eleva tu pensamiento, 
al cielo sube, 
por nada te acongojes, 
nada te turbe.


A Jesucristo sigue 
con pecho grande, 
y, venga lo que venga, 
nada te espante.


¿Ves la gloria del mundo? 
Es gloria vana; 
nada tiene de estable, 
todo se pasa.


Aspira a lo celeste,
que siempre dura;                                 

fiel y rico en promesas, 
Dios no se muda.


 Ámala cual merece 
bondad inmensa; 
pero no hay amor fino 
sin la paciencia.


Confianza y fe viva 
mantenga el alma, 
que quien cree y espera 
todo lo alcanza.


Del infierno acosado 
aunque se viere, 
burlará sus furores 
quien a Dios tiene.


Vénganle desamparos, 
cruces, desgracias; 
siendo Dios tu tesoro 
nada te falta.



Id, pues, bienes del mundo; 
id dichas vanas; 
aunque todo lo pierda, 
sólo Dios basta.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Un violín roto. San Juan Bosco (VI)

           Aunque el propósito fue firme, pocos días después se le presentaría una nueva ocasión, que tampoco pudo eludir.

--Tienes que venir, Juan. No hay nadie que ayude en la iglesia. Tú lo harás de maravilla. Ayudarás al párroco, cantarás, tocarás el violín…

--No siga, no siga… iré. Pero que quede claro: sólo a la fiesta de la iglesia.

--De acuerdo, de acuerdo –aseguraba el pariente.

          La ceremonia resultó hermosa y lucida. Juan cantó en ella y tocó el violín. Terminada la función, anunció al tío su marcha.

--Nada de eso, Juan. Tienes que quedarte a comer. Soy el mayordomo de la fiesta.

          Al final, se quedó. No sucedió nada de particular durante la comida. Acabada ésta, un comensal lo felicitó por lo bien que había tocado el violín. Otro sugirió:

--¿Por qué no nos tocas alguna canción para entretenernos?

          Juan no quería aceptar de ninguna manera, pero le trajeron el violín, y el músico de la fiesta le prometió acompañarle.

          Se puso a tocar con el músico, convencido de que aquello era totalmente inofensivo. ¡Nunca se perdonaría lo que sucedió a continuación! Abstraído en la melodía, no se daba cuenta de lo que sucedía en torno. Percibió un leve cuchicheo entre los comensales. Luego, con más atención, como pasos que se arrastraban. Dejó el violín. Se asomó a la ventana. Un gran gentío bailaba al compás de su violín. Le invadió una rabia indescriptible.

--¿Cómo? – gritó a los comensales- ¿Yo que clamo siempre contra los bailes, me convierto ahora en su promotor? ¡No sucederá jamás!

Marchó rápidamente a su casa. Cogió su violín. Lo miró con infinita ternura y luego lo hizo pedazos. No pudo por menos de acariciar sus maderas, ya destrozadas. Luego miró su sotana de seminarista. Quiso sonreír, pero no pudo hacerlo.


          (Don Bosco, un amigo del alma).


jueves, 18 de diciembre de 2014

Institutos Seculares nº 2

  Veremos en el segundo número y con unas palabras del Santo Padre Pío XII en el Motu Proprio "Primo Feliciter" a qué esta llamada la vida de los miembros de los Institutos seculares:


"Toda la vida de los socios de los Institutos Seculares, dedicada a Dios por la profesión, debe convertirse en apostolado, el cual ha de ejercerse perpetua y santamente, con tal pureza de intención, unión interior con Dios, generoso olvido y fuerte abnegación de sí mismo, por amor a las almas, que no tanto manifieste el espíritu interior de que está informado, cuanto continuamente lo alimente y renueve. Este apostolado, que abraza toda la vida, se suele sentir continuamente tan profunda y sinceramente en estos Institutos, que, son la ayuda y auxilio de la divina providencia, parece que la sed y ardor de las almas no tanto dio felizmente la ocasión a la consagración de la vida, cuanto impuso en gran parte su forma y razón propia, y por modo maravilloso el llamado fin específico exigió y creó también el fin genérico. Este apostolado de los Institutos Seculares debe ejercerse fielmente, no sólo en el siglo, sino como desde el siglo; y por lo mismo, en profesiones, ejercicios, formas y lugares correspondientes a estas circunstancias y condiciones".

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Vacaciones y fiestas. San Juan Bosco (V)

           El seminarista Juan Bosco solía preparar las vacaciones con sumo cuidado. Cuidaba de que no fuesen peligrosas para su alma. Volver al seminario, en octubre, como había salido. Sin embargo, le acontecieron ciertos episodios que él consideró pecaminosos y de los que extrajo útiles lecciones.

          Cierto día se presentó un tío suyo en su casa para invitarle a un festín que se celebraría en su casa. Bosco se excusó. El pariente adujo una poderosa razón: ayudaría al párroco en las funciones de la Iglesia, ya que se trataba de una gran fiesta y no había en el pueblo ningún clérigo. Aceptó. Las funciones de iglesia resultaron solemnes. Juan ayudó cuanto pudo y cantó con su hermosa voz.

          Llegó la comida. Todo fue bien hasta que el vino hizo su efecto entre los comensales. Empezaron los tacos, las palabrotas, las ofensas de unos a otros. El seminarista Bosco, avergonzado, protestaba de aquello; pero su voz se ahogaba con el bullicio. Quiso huir. Se levantó, tomó el sombrero; pero su tío lo detuvo.

--¿Dónde vas, Juan?
--Me voy de aquí. Un clérigo no puede soportar esto.

          No paró de correr hasta verse en su casa. Una vez en ella, resoplando con todas sus fuerzas, se sentó en una silla gritando:
--¡No, nunca más! ¡Será la última vez que asisto a un festín de esta clase!


          (Don Bosco, un amigo del alma).




martes, 16 de diciembre de 2014

Conferencia de S. Juan Bosco a unos novicios (I)

Saco estos pensamientos del evangelio de esta semana. En la Santa Misa, leyendo el evangelio, esta mañana me puse a considerar un momento estas palabras: El reino de Dios es semejante a un negociante que va en busca de perlas preciosas y, habiendo encontrado una, va, vende todo lo que tiene para comprarla. ¿Cuál es esta perla preciosa? Esta perla tiene muchos significados. Puede entenderse, en general de las virtudes. Pues ¿qué perla más preciosa se puede poseer jamás? En particular, muchos por esta perla preciosa entienden la fe, pues cuando uno la ha encontrado, es afortunado, ya que con ella puede poseer el reino de Dios. Para vosotros es perla preciosa la instrucción que habéis recibido en gran abundancia y podéis aún recibir, sea instrucción literaria, sea religiosa. Y no a todos es dado adquirir tantos conocimientos, que os pueden servir de gran utilidad para toda la vida.

         Sin embargo, hablando con jóvenes, no encuentro otra perla que puedan buscar más preciosa que el conocer la propia vocación, máxime si son llamados al altar.


         Sí, la vocación al estado eclesiástico y religioso es perla tan preciosa que me parece que no se puede encontrar otra que se pueda comparar con ella. Tened en cuenta, sin embargo, que cuando se procura buscar una perla y retenerla, no se quiere decir que se desprecien las otras, no; digo que ésta es tan preciosa que nosotros debemos buscarla con gran solicitud, porque si se posee ésa, se poseerán otra muchas juntamente; no puede estar sola, sino que ella trae tras de sí muchas virtudes, de forma que se puede decir exactamente de ella lo que se lee en la Sagrada Escritura: Vinieron a mí todas las cosas buenas junto con ella.

lunes, 15 de diciembre de 2014

domingo, 14 de diciembre de 2014

Segundo Objetivo del Año de la Vida Consagrada

Este Año nos llama también a vivir el presente con pasión. La memoria agradecida del pasado nos impulsa, escuchando atentamente lo que el Espíritu dice a la Iglesia de hoy, a poner en práctica de manera cada vez más profunda los aspectos constitutivos de nuestra vida consagrada.

Desde los comienzos del primer monacato, hasta las actuales «nuevas comunidades», toda forma de vida consagrada ha nacido de la llamada del Espíritu a seguir a Cristo como se enseña en el Evangelio (cf. Perfectae caritatis, 2). Para los fundadores y fundadoras, la regla en absoluto ha sido el Evangelio, cualquier otra norma quería ser únicamente una expresión del Evangelio y un instrumento para vivirlo en plenitud. Su ideal era Cristo, unirse a él totalmente, hasta poder decir con Pablo: «Para mí la vida es Cristo» (Flp 1,21); los votos tenían sentido sólo para realizar este amor apasionado.


sábado, 13 de diciembre de 2014

Ha mirado la humillación de su esclava

          Ante la grandeza del Altísimo, la Stma. Virgen María presenta su situación de pobreza y de conciencia de pequeñez ante Dios, que de forma gratuita, pone su mirada en ella, joven humilde de Nazaret, llamándola a convertirse en la Madre del Mesías. Dios se "enamora" de la humildad.

          Es en el humilde donde Dios puede hacer obras grandes. En el Magníficat se refiere al acontecimiento misterioso de la concepción virginal de Jesús, acaecido en Nazaret después del anuncio del Arcángel San Gabriel.
  

          En el Magníficat María nos muestra el rostro de Dios, Dios que no es sólo el Poderoso, sino también el Misericordioso, lleno de ternura y fidelidad para con todo ser humano.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Viste la sotana. San Juan Bosco (IV).


         Juan Bosco toma la sotana el día de S. Miguel de 1835. Aquella noche, antes de acostarse, su madre lo llamó como hiciera el día de su primera comunión. Su madre le dijo estas memorables palabras:

-      Juan mío, has vestido la sotana. Pero recuerda aquello de que el hábito no hace al monje. Si un día llegaras a dudar de tu vocación, quítate esa sotana y no la deshonres. Prefiero que seas un pobre campesino a un mal sacerdote. Te consagré a la Virgen al nacer, al empezar tus estudios…. Sé todo suyo y hazte amigo de los que amen a María.

          Al terminar de hablar, su madre estaba conmovida. Juan lloraba.


          (Don Bosco, un amigo del alma).


Alter Christus nº 2


“He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”, “El que tenga sed que venga a mí, y yo le daré a beber vida eterna” “Jesús pasó por la tierra haciendo el bien, curando a los oprimidos por el diablo”, “El Espíritu del Señor está sobre mí, el me ha ungido para proclamar la buena noticia, el mensaje de salvación”. “No tengáis miedo, yo os haré pescadores de hombre”, “Jesús recorría ciudades y aldeas enseñando”, “Conviene que un hombre muera para salvar al pueblo”, “El buen pastor da la vida por las ovejas”, “Id al mundo entero, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he enseñado”… esta fue la misión del Hijo de Dios en la tierra, y una vez que ascendió al cielo dejó al Espíritu Santo para que eligiera a hombres que mantuvieran su presencia en este mundo. El mismo Jesús que recorría los caminos de Jerusalén se hace presente hoy en día por medio de sus sacerdotes.

Los sacramentos son las fuentes de las que mana esta vida de gracia: “bautiza Juan, es Cristo quien bautiza; bautiza Pedro, es Cristo quien bautiza; bautiza Judas, es Cristo quien bautiza” (S. Agustín)… Cristo se hace presente, su corazón no deja de amar y de dispensar la gracia a todos los hombres. Jesucristo se vale de simples hombres para continuar su misión, su corazón busca hombres valientes y decididos que escuchen su llamada, que se dejen cautivar, que se entreguen al servicio de la humanidad.

“Solo sabremos lo que es ser sacerdote cuando estemos en el paraíso” (Sto. Cura de Ars)


miércoles, 10 de diciembre de 2014

Años difíciles. San Juan Bosco (III).


Cierta mañana, Juan había partido para su casa con un recado. Apenas había entrado en ella cuando se presentó un mensajero con una fatal noticia para él. Don Calosso se moría.

Al perder a su protector, Juan tuvo que regresar a su casa, y volverse a enfrentar con su hermanastro Antonio, que se oponía totalmente a que Juan estudiase, ya que eso suponía tener un trabajador menos en el campo. Mamá Margarita, afligidísima, decidió mandar a Juan a trabajar fuera, porque las iras de Antonio hacían que Juan corriese un grave peligro si seguía en la casa.

Así, se traslada primero a Castelnuovo y después a Chieri, y mientras trabaja como aprendiz de diferentes oficios. Asiste a clase con compañeros más jóvenes que él. Su memoria y su despierta inteligencia hacen que adelante rápidamente y, en pocos años, adquiere el nivel propio de su edad. Durante su estancia en Chieri, Juan se convierte en el líder de sus compañeros de escuela y de diversión, gracias a su simpatía, su facilidad con el estudio y su honestidad. Funda con ellos la Sociedad de la Alegría, que tiene por base estas dos reglas:

 1. Evitar todo aquello que no es conforme al Evangelio.
2. Responsabilidad en el estudio y en la vida cristiana.

         (Adaptación de Redención Salesiana).




martes, 9 de diciembre de 2014

Sobre la mortificación interior

           


          La mortificación interior nos libra del apego desordenado a nuestra propia voluntad.

          La mortificación externa como interna son necesarias para la perfección, con la diferencia que en la externa nos debe guiar la discreción, pero para la interna no hace falta discreción sino fervor.

          Todo apego a nosotros mismos nos impide la perfecta unión con Dios. Hay que tomar con voluntad firme el asunto de contrariar nuestras pasiones y de no dejarnos dominar por ellas.

          Tratando de mortificar el amor propio en poco tiempo podemos avanzar mucho en el camino de la santidad, sin peligros de quebrantar la salud, ni de soberbia, porque solo Dios es testigo de nuestros actos. “Día que se pasa sin un acto de mortificación interior es un día perdido” decía Santa María Magdalena de Pazzi, porque como dice San Bernardo “por más que revuelvas la vida de Jesucristo nunca lo encontrarás sin la Cruz”.


domingo, 7 de diciembre de 2014

1º Objetivo del Año del Año de la Vida Consagrada


El primer objetivo es mirar al pasado con gratitud. Cada Instituto viene de una rica historia carismática. En sus orígenes se hace presente la acción de Dios que, en su Espíritu, llama a algunas personas a seguir de cerca a Cristo, para traducir el Evangelio en una particular forma de vida, a leer con los ojos de la fe los signos de los tiempos, a responder creativamente a las necesidades de la Iglesia. La experiencia de los comienzos ha ido después creciendo y desarrollándose, incorporando otros miembros en nuevos contextos geográficos y culturales, dando vida a nuevos modos de actuar el carisma, a nuevas iniciativas y formas de caridad apostólica. Es como la semilla que se convierte en un árbol que expande sus ramas.


sábado, 6 de diciembre de 2014

Proclama mi alma la grandeza del Señor


          Las palabras de Santa Isabel encienden en el espíritu de la Stma Virgen María un cántico de alabanza que es una auténtica y profunda lectura de la historia a la luz de la fe.

          En primer lugar, la Stma. Virgen María reconoce la grandeza de Dios, es el primer e indispensable sentimiento de la fe, el sentimiento que da seguridad a la criatura humana y la libera del miedo, incluso en medio de los avatares de la historia.  Uno es grande en la medida de su confianza en Dios, y esa es la razón de nuestra alegría, somos queridos por Dios, y con confianza firme nos dejamos en sus manos.

          La Stma. Virgen María ve con los ojos de la fe la obra de Dios en la historia. Por eso es santa, porque ha creído, "Dichosa tú porque has creído que lo que te ha dicho el Señor se cumplirá". Por la fe acoge la palabra del Señor y concibe al Verbo Encarnado.
          La fe le hace ver que los tronos de los poderosos de este mundo son vanidad, mientras que el trono de Dios es la única roca firme.  Su Magnificat permanece como la más verdadera y profunda interpretación de la historia. Lo que no vale para la eternidad es vanidad, y en esta vida solo fatiga.


          Llevemos siempre el Magnificat en el corazón. Llevemos con nosotros los mismos sentimientos de alabanza y de acción de gracias de María hacia el Señor, su fe y su esperanza, su abandono en manos de Providencia. Sólo acogiendo el amor de Dios y haciendo nuestra existencia un servicio generoso por amor a Dios y las almas podremos elevar con alegría un canto de alabanza al Señor.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Encuentro con D. Calosso. San Juan Bosco (II)


En Juan va creciendo poco a poco la vocación sacerdotal. Observa por las calles a los sacerdotes de los pueblos que, entregados con celo a su tarea, no obstante no tenían un trato familiar con los chicos. Sólo trataban a los adultos. “Si yo fuera sacerdote, lo haría de forma distinta. Me acercaría a los niños y a los jóvenes para charlar con ellos y darles buenos consejos”.

          Juan, cuando tiene catorce años, conoce a don Calosso, viejo párroco de un pueblecito vecino. Encuentra en él a un buen amigo del alma. Don Calosso, conocedor de su valía y sus grandes deseos de ser sacerdote, empieza a enseñarle la gramática latina e italiana. Se convierte además en su buen maestro espiritual. Juan le abre su corazón y él le enseña a sacar provecho de los sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación, y le enseña a hacer cada día un rato de oración personal. Serán los fundamentos de su formación espiritual.


(Adaptación de Redención Salesiana).


jueves, 4 de diciembre de 2014

Institutos Seculares nº1

           Comenzamos una sección nueva... y empezaremos explicando ¿qué es un Instituto secular?

          Un Instituto secular es un Instituto de vida consagrada en el cual, los fieles, viviendo en el mundo aspiran a la perfección de la caridad, y se dedican a procurar la santificación del mundo, sobre todo desde dentro de él.


          Los Institutos seculares surgen en el siglo XIX y son aprobados por el Papa Pío XII en 1947, con su constitución apostólica "Provida Mater Eclesia".  Hasta entonces todas las personas que deseaban consagrarse a Dios tenían que abandonar el mundo y entrar en religión. Desde que aparecen los Institutos seculares, quienes allí se  sienten llamados por Dios, pueden consagrarse a Él sin dejar de ser seglares.