miércoles, 30 de diciembre de 2015

Vino para servirnos y sanarnos


Dios sorprendió a la tierra con una novedad, dice el Profeta (Jer 31,22). La Encarnación del Verbo fue esa saludable sorpresa que a todos no hizo renacer en ese afortunado instante que se llamó plenitud de los tiempos: «Cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo para redimir a los que estaban sometidos a las consecuencia de la Ley» (Gal 4, 5)

La plenitud de gracia vino con la plenitud del tiempo a reparar la ruina que ocasionó el pecado. María aceptó ser la madre del Hijo de Dios, y el Verbo eterno tomó la condición humana, comenzando a redimir al mundo.

«No desdeñó Jesús –como canta la Iglesia- el seno de la Virgen» (Himno Ambrosiano). Quien era en el seno del Padre inmenso y omnipotente Dios, se hace en el de María criatura pequeñísima y frágil. Toma forma de esclavo (Fil 2, 7) quien es Señor de todo lo creado. ¿A quién puede ocurrírsele un gesto humano de mayor amor y cercanía?

martes, 29 de diciembre de 2015

Amemos al Niño de Belén


¡Ah! y quien considere con fe a un Dios niño llorar, y dar vagidos sobre la paja en una gruta, ¿cómo es posible que no le ame, y no invite a todos a amarle, como invitaba san Francisco de Asís diciendo: Amemos al Niño de Belén: amemos al Niño de Belén. 

Él es infantito, no habla, sí que solo gime; pero ¡oh Dios! que aquellos gemidos son voces todas de amor, con las que nos convida a amarle, y nos pide el corazón. Considero por otra parte que los niños se atraen los afectos también, porque se reputan inocentes, aunque nazcan manchados de la culpa original. Más Jesús nace niño inocente, santo, sin mancha alguna. Mi amado, decía la sagrada Esposa, es todo rubicundo por el amor y cándido por la inocencia, puro de toda culpa, elegido entre miles: Dilectus meus candidus et rubicundus, electus ex millibus.(Mi amado es radiante y rubio, distinguido entre millares). 


Solo en este Niño halló el eterno Padre sus delicias, porque, como dice san Gregorio, solamente en este no halló culpa. Consolémonos, pues, nosotros miserables pecadores, porque este divino Infante ha venido del cielo a comunicamos esta su inocencia por medio de su pasión. Los méritos suyos, si nosotros supiésemos estimarlos, pueden mudarnos de pecadores en santos e inocentes; pongamos en ellos nuestra confianza, pidamos por los mismos al eterno Padre siempre la gracia, y lo alcanzaremos todo.

(San Alfonso Mª de Ligorio: Meditaciones de Adviento).


domingo, 27 de diciembre de 2015

Don valioso para la Iglesia y para el mundo. Visita Pastoral del Papa Francisco a Nápoles (XIV)


Queridos hermanos y hermanas consagrados, os deseo que testimoniéis, con humildad y sencillez, que la vida consagrada es un don valioso para la Iglesia y para el mundo. Un don que no hay que conservar para sí mismo, sino que hay que compartir, llevando a Cristo a cada rincón de esta ciudad. Que vuestra cotidiana gratitud a Dios encuentre su expresión en el deseo de atraer los corazones a Él, y de acompañarlos en el camino. Que tanto en la vida contemplativa como en la apostólica, podáis sentir con fuerza en vosotros el amor por la Iglesia y contribuir, mediante vuestro carisma específico, a su misión de proclamar el Evangelio y edificar el pueblo de Dios en la unidad, la santidad y el amor.


Queridos hermanos y hermanas, os doy las gracias. Sigamos adelante, animados por el común amor al Señor y a la santa madre Iglesia.

(Encuentro con el clero, los religiosos y los diáconos permanentes en la Catedral, Visita Pastoral del Santo Padre Francisco a Pompeya y Nápoles. Sábado 21 de Marzo de 2015)

viernes, 25 de diciembre de 2015

Mi corazón sólo para amarte


 Niño Jesús, 
que mis ojos sean sólo para mirarte,
mis labios sólo para besarte, 
mis manos sólo para cuidarte,
mi corazón sólo para amarte.


jueves, 24 de diciembre de 2015

El Amor no es amado


En estos días del santo nacimiento, andaba lamentando y suspirando san Francisco de Asís por las sendas y selvas, con gemidos inconsolables. 

Preguntado por la causa de esto, respondió: ¿Y cómo queréis que yo no gima, cuando veo que el Amor no es amado? Veo a un Dios casi fuera de sí por amor del hombre y al hombre tan ingrato a este Dios. 

Pues si esta ingratitud tanto afligía el corazón de san Francisco consideremos cuánto más afligió el corazón de Jesucristo. Apenas concebido en el vientre de María, vio la cruel correspondencia que debía recibir de los hombres. Había venido del cielo a encender el fuego del divino amor, y este solo deseo le había hecho descender a la tierra, a sufrir un abismo de penas y de ignominias; y después se le presentaba otro abismo de pecados, que habían de cometer los hombres, habiendo visto tantas señales de su amor. 

lunes, 21 de diciembre de 2015

Vocación de Abraham


El Señor dijo a Abram: «Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Yo haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra».


Abram partió, como el Señor se lo había ordenado, y Lot se fue con él. Cuando salió de Jarán, Abram tenía setenta y cinco años. Tomó a su esposa Sarai, a su sobrino Lot, con todos los bienes que habían adquirido y todas las personas que habían reunido en Jarán, y se encaminaron hacia la tierra de Canaán. 

(Gen 12, 1-5)

domingo, 20 de diciembre de 2015

Luces y sombras. Visita Pastoral del Papa Francisco a Nápoles (XIII)


Existe siempre la tentación de destacar más las sombras en perjuicio de las luces. Esto, sin embargo, lleva a replegarnos en nosotros mismos, a recriminar continuamente, a acusar siempre a los demás. Y en cambio, dejemos brotar en nosotros y en nuestras comunidades la belleza de nuestra vocación, para que sea verdad que «donde están los religiosos hay alegría». Quisiera preguntaros: ¿cómo está el «clima» en vuestras comunidades? ¿Existe esta gratitud, existe esta alegría de Dios que llena nuestro corazón? Si existe esto, entonces se realiza mi deseo de que no haya entre nosotros caras tristes, personas descontentas e insatisfechas, porque «un seguimiento triste es un triste seguimiento» (ibid., ii, 1).


(Encuentro con el clero, los religiosos y los diáconos permanentes en la Catedral, Visita Pastoral del Santo Padre Francisco a Pompeya y Nápoles. Sábado 21 de Marzo de 2015)

jueves, 17 de diciembre de 2015

El sacrificio y el sacerdocio. Sacerdote para la eternidad (IX).


El sacerdocio de los presbíteros, si bien presupone los Sacramentos de la iniciación cristiana, se confiere mediante un Sacramento particular, por el que los presbíteros, por la unción del Espíritu Santo, son sellados con un carácter especial y se configuran con Cristo Sacerdote de tal modo que pueden actuar en la persona de Cristo Cabeza (Cfr. Concilio Vaticano II, Decreto Presbyterorum Ordinis n. 2). La Iglesia es así, no por capricho de los hombres, sino por expresa voluntad de Jesucristo, su Fundador. El sacrificio y el sacerdocio están tan unidos por ordenación de Dios, que en toda ley la Antigua y la Nueva Alianza, han existido los dos. Habiendo, pues, recibido la Iglesia Católica en el Nuevo Testamento, por institución del Señor, el Sacrifico visible de la Eucaristía, se debe también confesar que hay en Ella un nuevo sacerdocio, visible y externo, en el que fue trasladado el antiguo (Concilio de Trento, Doctrina sobre el Sacramento del Orden cap. I (Denzinger-Schön. 1764 (957)).

(Homilía de S. José María Escrivá de Balaguer)

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Camino de perfección. Santa Teresa de Jesús (XXVI).


Una carmelita debe sustituir a los que no aman o aman poco, a los que no rezan o rezan poco, dándose por entero para la salvación del mundo, entregando su vida por la Iglesia y los sacerdotes. “Hermanas mías -dice Teresa- ved para qué estáis llamadas y para qué os juntasteis; éstos son vuestros negocios y deben ser vuestros deseos; aquí vuestras lágrimas y peticiones”.


Estas mujeres han hecho voto de seguir los consejos evangélicos con toda la perfección posible, el primero de los cuales es: “Orad sin tregua”. Lo cual equivale a obrar siempre, construir, ayudarse mutuamente, a compadecerse, alegrarse con las hermanas en la recreación “aunque no sea de vuestro gusto”, cuidar a las enfermas, servir en las tareas más bajas: la Madre Teresa coloca todo esto en el mismo plano que la oración y la contemplación del Señor. Si le servimos a Él “¿qué más nos da en lo uno que en lo otro?”. El amor divino es inseparable del amor fraterno. El verdadero afecto, que nada tiene en común con los aspectos terrestres, ayuda a progresar. Este amor perfecto no duda en sacar de su error a quienes se equivocan de camino, evita el halago tanto como el reproche mudo y soporta sin rencor la crítica.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Una grande y muy determinada determinación


“Una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, 
venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabájase lo que se trabajare, 
murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera muera en el camino, 
o no tenga corazón para los trabajos que ha en él, siquiera se hunda el mundo…”


(Santa Teresa de Jesús)

domingo, 13 de diciembre de 2015

La belleza de caminar como pueblo. Visita Pastoral del Papa Francisco a Nápoles (XII)

No olvidemos la belleza de caminar con el pueblo. Os animo a salir para ir al encuentro del otro, a abrir las puertas y llegar a las familias, los enfermos, los jóvenes, los ancianos, allí donde viven, buscándolos, estando junto a ellos, sosteniéndolos, para celebrar con ellos la liturgia de la vida. En especial, será hermoso acompañar a las familias en el desafío de engendrar y educar a los hijos. Los niños son un «signo diagnóstico», para ver la salud de la sociedad. Los niños no deben ser consentidos, sino amados. Y nosotros sacerdotes estamos llamados a acompañar a las familias para que los niños sean educados en la vida cristiana.


(Encuentro con el clero, los religiosos y los diáconos permanentes en la Catedral, Visita Pastoral del Santo Padre Francisco a Pompeya y Nápoles. Sábado 21 de Marzo de 2015)

sábado, 12 de diciembre de 2015

La sencillez.


La sencillez es la virtud por la cual se dirige el alma hacia Dios, desprecia los juicios de los hombres, ¡Todo por Dios!

El alma sencilla es abierta, leal, cándida, está llena de claridad y limpidez, vence siempre por su rectitud y franqueza.

El alma sencilla realiza su obra en la sombra, desdeña la alabanza y el ruido, adorna el mundo, pero lejos de ella las pompas.


El alma sencilla recorre suavemente la vida, y transcurre silenciosa como un riachuelo se desliza por el cauce, pero el Cielo se mira en su aguas.

Y así es virtud tan maravillosa que Dios la ama, y rebela las cosas a los sencillos y las oculta a los sabios y entendidos. Los hombres la quieren porque hasta los corazones más falsos viven encandilados por su encanto. La sencillez hace vivir con una confianza sin medida, porque descansa en Dios y eso sirve para vivir henchida de serenidad y tranquilidad. Y si vive feliz, muere feliz porque recibe gracias sin medida y cuando Dios la llama, muere como había vivido: sencillamente.

La sencillez hace al alma dichosa, y amada por Dios y por el resto del mundo.

jueves, 10 de diciembre de 2015

¿Demasiado joven? Tres monjes rebeldes (V).


Una vez que Roberto salió, Ermengarda intentó que su marido diese la aprobación, pero él replicaba:

- ¡Es demasiado joven! ¿Qué sabe de la vida? ¿Qué sabe del claustro? ¿Qué sabe de sí mismo? ¡Quince años no es edad de abandonar la vida cuando ni siquiera se ha probado su sabor!

- ¡Qué vergüenza! Quienes ingresan en el claustro no abandonan la vida. ¿Cómo podéis decir eso, señor? Un muchacho nunca es demasiado joven para aprender los hábitos del guerrero; nunca es demasiado pequeño para aprender a montar, a justar, a matar. Eso, no. En cambio, existe una profesión para la cual puede resultar demasiado joven. ¡Solamente una!... Es curioso que quien nunca es demasiado joven para entrar el servicio de su soberano temporal, lo sea en cambio para entrar a servir a su Rey Eterno.


(Tres monjes rebeldes, P. Raymond).

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Primeras piedras. Santa Teresa de Jesús (XXV)


San Juan de la Cruz a las primeras carmelitas:

“Miren mucho lo que reciben al principio, porque conforme a eso será lo demás… Puesto que Nuestro Señor os ha tomado por primeras piedras, mirad cuáles deben ser, pues como en  más fuertes han de fundarse las  otras; que se aprovechen de este primer espíritu que da Dios en estos principios para tomar muy de nuevo el camino de perfección en toda humildad y desasimiento de dentro y de fuera, no con ánimo aniñado, más con voluntad robusta”.



(La Vida de Santa Teresa de Jesús, Arcaduz).

martes, 8 de diciembre de 2015

La respuesta que da María es su entrega de amor. P. Mendizábal (XV).


         Cuando Gabriel aparece ante María, ella tiene que responder. Hasta ese momento es la gracia de Dios que viene sobre Ella, el amor de Dios que la inunda, la invitación de Dios que se le ofrece y se le quiere entregar, y en ese momento queda pidiendo la respuesta de la Virgen, que Dios respeta. María lo piensa serenamente, no se toma días para hacerlo. Es admirable, en una decisión de tal trascendencia Ella cae en la cuenta: en este momento la salvación del mundo depende tanto del sí de la Virgen, como de la voluntad del Padre; porque cuando Dios pide consentimiento, lo pide de verdad. Si uno no se lo da, no se hace. Dios no juega, no bromea. Estima al hombre y tiene tal respeto de su libertad, de su dignidad dada por Él, que sin su consentimiento no actúa en el mundo, en el hombre. Dios pide al hombre su consentimiento en el orden de la salvación, y la respuesta que da María es su entrega de amor.


(Con María, P. Mendizábal).

lunes, 7 de diciembre de 2015


“Haría más provecho una persona del todo perfecta 

con fervor verdadero de amor de Dios 

que muchos con tibieza”.



(Santa Teresa de Jesús)

domingo, 6 de diciembre de 2015

La belleza de la fraternidad. Visita Pastoral del Papa Francisco a Nápoles (XI)


Y luego está la belleza de la fraternidad, de ser sacerdotes juntos, de seguir al Señor no solos, no individualmente, sino juntos, en la gran diversidad de los dones y personalidades, y todo vivido en la comunión y fraternidad. También esto no es fácil, no es inmediato y no se da por descontado, porque también nosotros sacerdotes vivimos inmersos en esta cultura subjetivista de hoy, que exalta el yo hasta idolatrarlo. Y luego existe también un cierto individualismo pastoral, que lleva a la tentación de seguir adelante solos, o con el pequeño grupo de los que «piensan como yo»... Sabemos, en cambio, que todos son llamados a vivir la comunión en Cristo en el presbiterio, en torno al obispo. Se pueden, es más, se deben buscar siempre formas concretas adecuadas a los tiempos y a la realidad del territorio, pero esta búsqueda pastoral y misionera ha de hacerse con actitud de comunión, con humildad y fraternidad.


(Encuentro con el clero, los religiosos y los diáconos permanentes en la Catedral, Visita Pastoral del Santo Padre Francisco a Pompeya y Nápoles. Sábado 21 de Marzo de 2015)

sábado, 5 de diciembre de 2015

Véante mis ojos. Santa Teresa de Jesús.


Véante mis ojos,
dulce Jesús bueno;
véante mis ojos,
muérame yo luego. 

Vea quién quisiere
rosas y jazmines,
que si yo te viere,
veré mil jardines,
flor de serafines;
Jesús Nazareno,
véante mis ojos,
muérame yo luego. 


No quiero contento,
mi Jesús ausente,
que todo es tormento
a quien esto siente;
sólo me sustente
su amor y deseo; 
Véante mis ojos,
dulce Jesús bueno;
véante mis ojos,
muérame yo luego.

(Santa Teresa de Jesús)

viernes, 4 de diciembre de 2015

Remedio para la impaciencia (III). P. Segundo Llorente (XV)

Generalmente, al comenzar un viaje largo o peligroso, me recojo y muero con la intención ofreciendo mi vida al eterno Padre unida a la de su Hijo en la Cruz.

Viene en seguida una paz imposible de describir; pero luego, cuando el peligro asesta golpes que yo llamo en español puñaladas traperas, la carne deja al descubierto toda su flaqueza innata, obligando al espíritu a coger de nuevo las riendas y guiar al compuesto de cuerpo y alma sin declinar ni a la diestra ni a la siniestra.


Como Jesucristo experimentó esto en carne mortal como la nuestra, da gusto dirigirse a él en estos trances; pues conoce muy bien el paño y se hace cargo perfecto de la situación.


(P. Segundo Llorente, 40 años en el Círculo Polar)

jueves, 3 de diciembre de 2015

Institutos Seculares (X)

Los institutos seculares son precisamente un gesto de valentía que realizó la Iglesia en ese momento; dar estructura, dar institucionalidad a los institutos seculares. Y desde ese momento hasta ahora es tan grande el bien que vosotros realizáis en la Iglesia, con valor porque hay necesidad de valentía para vivir en el mundo. Muchos de vosotros, solos, en vuestro apartamento van, vienen; algunos en pequeñas comunidades. Todos los días, hacer la vida de una persona que vive en el mundo, y, al mismo tiempo, custodiar la contemplación, esta dimensión contemplativa hacia el Señor y también en relación con el mundo; contemplar la realidad, como contemplar las bellezas del mundo, y también los pecados graves de la sociedad, las desviaciones, todas estas cosas, y siempre en tensión espiritual… Por eso vuestra vocación es fascinante, porque es una vocación que está justo ahí, donde se juega la salvación no sólo de las personas, sino también de las instituciones. Y de muchas instituciones laicas necesarias en el mundo. Por eso pienso así, que con la Provida Mater Ecclesia, la Iglesia ha realizado un gesto verdaderamente revolucionario.

(Audiencia del Santo Padre Francisco a los participantes en un encuentro organizado por la Conferencia Italiana de los II.SS. en Mayo de 2014)

miércoles, 2 de diciembre de 2015

No quiero monjas tuertas. Santa Teresa de Jesús (XXIV).

Teresa no admitía nunca más que personas equilibradas, de una pieza, demostrando que era una gran fundadora y organizadora de primera fila. Juzgaba que si fueran casa de muchas, se podría sobrellevar cualquier falta; más donde eran tan pocas, de razón habían de ser escogidas.


Se negó a admitir una candidata que había perdido un ojo. “¡No quiero monjas tuertas!” Había demasiados conventos que se habían convertido en refugio de jóvenes sin fortuna, rechazas por el mundo, lo cual era la razón de su relajamiento, y la Madre quería que en el Carmelo reformado sólo reinara el amor de Dios. Trece religiosas, veintiuna como máximo, no dejaban lugar para la mediocridad y la comodidad. Aquellas esposas de Cristo debían tener por lo menos las cualidades que los hombres piden para las suyas, más el fervor. En esto, la Madre nunca cedió, y todo el mundo sabía que sus carmelitas eran la flor y nata de Castilla.


(La Vida de Santa Teresa de Jesús, Arcaduz).

martes, 1 de diciembre de 2015

La grandeza de la Cruz


Un amigo de la Cruz es un hombre escogido para ser totalmente divino. Un amigo de la Cruz es un héroe que triunfa del Demonio y del mundo.

Un amigo de la Cruz es un alma que camino de santidad eleva su corazón por encima de todo lo caduco y perecedero.


Un amigo de la Cruz es un verdadero amigo de Cristo o por mejor decir otro Cristo.