miércoles, 4 de marzo de 2015

A los pies del Santo Padre (III). Santa Teresita del Niño Jesús (XIV)

Nuestro querido papá quedó apenadísimo al salir de la audiencia y encontrarme deshecha en lágrimas. Hizo lo que pudo por consolarme, pero en vano.

En el fondo de mi corazón yo sentía una gran paz, pues había hecho absolutamente todo lo que estaba en mi poder por mostrarme fiel a los que Dios me pedía. Pero esta paz estaba en el fondo, y la amargura llenaba mi alma, pues Jesús callaba.

Sin embargo, las últimas palabras del Santo Padre debían haberme consolado. ¿No eran, en efecto, una verdadera profecía? A pesar de todos los obstáculos, se realizó lo que Dios quiso. No permitió a las criaturas hacer lo que ellas querían, sino lo que quería Él…


(Historia de un alma. Relato autobiográfico de Santa Teresita del Niño Jesús).

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