Se dan
por bien empleadas todas las fatigas del día cuando por la noche se ve uno
rodeado de eskimales que escuchan la plática sin pestañear, y admira uno la
providencia amorosísima de Dios, que no abandona espiritualmente a estos hijos
desterrados en el extremo del globo.
(P. Segundo Llorente, 40 años en el Círculo Polar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario