viernes, 30 de octubre de 2015

¿Por qué vino usted a Alaska? P. Segundo Llorente (IX)

-      ¿Dice usted, padre, que no está acostumbrado a estas durezas?

-      Así es. Nunca pasé tantas horas expuesto al frío.

-      Pero ¿no viajan en trineo en su tierra?

-      No, hombre, no, qué van a viajar en trineo. Yo soy español. Los españoles no han visto trineos más que en las revistas de misiones.

-      Pues entonces, ¿cómo viajan?

-      Pues en tren, en automóvil, en coche, en bicicleta, en aeroplano, a caballo, en burro, en carro de bueyes y a pie.

-      Eso será en verano; pero en invierno con la nueve ¿cómo viajan?

-      En España cae poca nueve. No te vayas a creer que España es como esto. Cuando tengas dinero date un viaje por España, y entonces verás lo que es mi tierra. Si vas, no vuelves.

-      Pues entonces ¿por qué vino usted?

-      Pues hombre, tú que estuviste once años en nuestra escuela deberías saberlo. Vine porque vosotros los esquimales no tenéis sacerdotes, y sin sacerdotes ya ves qué paganismo reinaría en la región; y Jesucristo dijo que Él haría que su evangelio fuese predicado en toda la redondez de la tierra. Alaska tendrá siempre sacerdotes, si no indígenas, extranjeros; alguno tiene que venir: y, si alguno, ¿por qué no yo?


(P. Segundo Llorente, 40 años en el Círculo Polar)

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