miércoles, 15 de abril de 2015

Una gran tentación. Santa Teresita del Niño Jesús (XXIV).

Por fin llegó el hermoso día de mis bodas. Fue un día sin nubes. Pero la víspera, se levantó en mi alma la mayor tentación que había conocido hasta entonces en mi vida…

Nunca me había venido al pensamiento ni una sola duda acerca de mi vocación. Era necesario que pasase por esta prueba. Por la noche, haciendo el viacrucis después de maitines, se me metió en la cabeza que mi vocación era un sueño, una quimera… La vida del Carmelo me parecía muy bella; pero el demonio me inspiraba que no estaba hecha para mí, de que engañaría a las superioras empeñándome en seguir un camino al que no estaba llamada…

Mis tinieblas eran tan grandes, que no veía ni comprendía más que una cosa: ¡Yo no tenía vocación!

¡Ah! ¿Cómo describir la angustia de mi alma?... Me parecía (pensamiento absurdo que demuestra hasta qué punto era tentación del demonio) que si comunicaba mis temores a la maestra, ésta me impediría pronunciar mis santos votos.
No obstante, prefería cumplir la voluntad de Dios y volver al mundo a quedarme en el Carmelo cumpliendo la mía. Hice, pues, salir del coro a mi maestra, y llena de confusión le manifesté el estado de mi alma…

Afortunadamente, ella vio más claro que yo, y me tranquilizó por completo. Por lo demás, el acto de humildad que había hecho acababa de poner en fuga al demonio, el cual pensaba, tal vez, que no me atrevía a confesar mi tentación. Apenas terminé de hablar, mis dudas desaparecieron.

Sin embargo, para completar mi acto de humildad quise comunicar mi extraña tentación a nuestra Madre, y ella se contentó con echarse a reír.


(Historia de un alma. Relato autobiográfico de Santa Teresita del Niño Jesús).

No hay comentarios:

Publicar un comentario