viernes, 22 de mayo de 2015

¿Las almas de los cubanos valen lo mismo que las de los esquimales? P. Segundo Llorente (III)

      Como para mí Segundo fue siempre una inspiración y un ideal, en 1953 sentí la necesidad de verlo y saber dónde estaba y qué hacía. Así, me lancé a una bonita epopeya. Al final de un largo y difícil viaje lo encontré en Alaska.

Yo que venía de La Habana, le pregunté: “Pero Segundo, ¿qué haces tú aquí? ¿Tú quieres salvar almas? Ven… Allí hay 15.000 almas que salvar. Oye, ¿las almas de los cubanos valen lo mismo que las de los eskimales por lo menos, no?”

Me contestó: “¡Cómo nos gusta a nosotros decir que la Iglesia es católica, universal, que tiene que estar en todas partes! Los eskimales también son hijos de Dios, y a mí me ha tocado el privilegio de ser su misionero. Aquí está la Iglesia católica, gracias a nosotros los misioneros.”


(Hermano del P. Segundo Llorente, 40 años en el Círculo Polar)


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