sábado, 1 de octubre de 2016

Noche oscura. P. Mendizábal (XXI)


Si miramos el Corazón de la Virgen, tuvo que ser para ella una fatiga del corazón pensar que “el que ocupara el trono de David, su padre, el que reinará en la casa de Jacob para siempre”, se encuentra todas las puertas cerradas y no tiene un lugar para nacer.


¡Qué prueba de fe para ella! ¡Qué oscuridad de su fe! Y ahí está. En la vida podemos pasar momentos muy oscuros. Si el Señor nos quiere, nos llevará muchas veces por esos caminos. Tratemos de mantener la fidelidad al Señor en cada paso y tengamos presente que lo más oscuro de la noche está a pocos minutos de la aurora. Y muchas veces es así, la aurora está quizás cerca, hay que aguantar aun cuando no se vea nada, hay que soportar y adelante. Esta tendencia tiene que estar en nosotros si queremos llegar al éxtasis, al encuentro del Nacimiento. Es un camino duro, camino de fe, camino de oscuridad, pero ¡estamos cerca! Tenemos que vivir en esa actitud de desprendimiento.

(Con María, P. Mendizábal)

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