miércoles, 12 de octubre de 2016

Sencillez. Santo Cura de Ars (XIX)


Como mobiliario conservaría solamente una cama ordinaria, dos mesas viejas, algún armario, dos sillas de enea, una olla de hierro, una sartén y otros insignificantes enseres domésticos. 


Tanta sencillez impresionó a aquellas buenas gentes. Los habitantes más acomodados, propietarios o ricos colonos, para quienes era cosa dura dar un céntimo a los pobres, quedaron estupefactos al ver que su párroco no guardaba nada para sí; ante este rasgo se vieron obligados a reconocer en él a un verdadero hombre de Dios. Los mendigos, a quienes distribuía abundantes limosnas, bien pronto pregonaron sus alabanzas.
(El Santo Cura de Ars, Arcaduz)

No hay comentarios:

Publicar un comentario