miércoles, 19 de octubre de 2016

Ovejas y pastor. Santo Cura de Ars (XX)


Una vez instalado, emprendió enseguida la campaña para la conquista de las almas. En las primeras entrevistas con sus feligreses hablaba casi únicamente de los intereses materiales, de los trabajos, del tiempo, de las futuras cosechas… Procuraba enterarse de la situación de las familias, del número y edad de los hijos, de sus relaciones de parentesco y amistad. Una palabra de religión lanzada al final de la visita, provocaba la respuesta, que le permitía juzgar del mayor o menor grado de fe de cada casa.


¡Mas ¡ay! en este punto cuántas lagunas y cuántas miserias! El Rdo. Vianney comprobó con pena, que cierto número de sus feligreses ignoraban las nociones más elementales del catecismo, principalmente los que habían crecido durante la Revolución, o sea, los jóvenes y las muchachas, los hombres y las mujeres de veinticinco a treinta años. De estos principalmente procedían los ejemplos corruptores. Muchos llegaban hasta a vanagloriarse, no viendo en lo que hacían ningún mal.

¡Cómo volver al redil ovejas tan cegadas! El joven pastor sintió su impotencia, pero no se desalentó: contaba con Dios y con el tiempo.

(El Santo Cura de Ars, Arcaduz)

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