miércoles, 23 de septiembre de 2015

Determinada determinación. Santa Teresa de Jesús (VIII)

 “Que no era todo nada, y la vanidad del mundo, y cómo acababa en breve, y a temer, si me hubiera muerto, cómo me iba al infierno; y aunque no acababa mi voluntad de inclinarse a ser monja, vi que era el mejor y más seguro estado, y así poco a poco me determiné a forzarme para tomarle”.

Teresa pronuncia por primera vez la palabra clave: determinación, decisión. “Pues digo va muy mucho en comenzar con gran determinación”.

En Nuestra Señora de Gracia se ha producido un cambio asombroso en ella, resultado de una sujeción primero impuesta y después comprendida y aceptada; ha experimentado personalmente los efectos de la disciplina. Ahora sabe que los sentimientos, los deseos, los gustos, las actitudes, lo que parece formar parte de nuestro carácter y no es más que un conjunto de tendencias que pueden ser dominadas o desarrolladas por el ejercicio y el hábito, estás sometidas al imperio de la voluntad. Dios ha creado al hombre libre para elegir la perfección. “El Señor ayuda a los que se determinan por su servicio y gloria”.


(La Vida de Santa Teresa de Jesús, Arcaduz).

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