sábado, 11 de julio de 2015

P. Mendizábal (X)

         Siempre más arriba. Por lo menos que, dóciles a Jesucristo, tengamos la sinceridad de no llamar perfección a lo que es imperfección. Que no digamos “eso no es pecado”, como único remedio nuestro, sino que veamos si esto es lo que Jesucristo pide al alma, que en esto podemos hacer muchos disparates y no es tan sencillo. Que el alma es más intransigente que el director espiritual, y que no se arreglan las cosas del espíritu interior con decir “eso no es pecado”. Qué triste. Está Jesucristo trabajando delicadamente con esa alma, deseando llevarla a la santidad y viene quizás un sacerdote o una religiosa que le dice como un descubrimiento: “Pero si eso no es pecado…”

         Seamos custodios celosos de que esas almas amen a Cristo, no sólo de que sean buenas, no de que sean modernas y… no pequen, sino de que amen a Cristo con toda su alma.

         Que así imitemos a la Santísima Virgen en nuestra consagración total.


         (En el Corazón de Cristo, P. Mendizábal).


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