Hay un axioma que dice que "se
pueden ganar más amigos en dos meses, si se interesa uno por los demás, que en
dos años si se trata de que los demás se interesen por uno".
La
persona que no se interesa por sus semejantes, es quien tiene mayores
dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De estas
personas surgen los fracasos humanos. "El hombre que solo habla de sí,
solo piensa en sí". La primera consigna de toda agradable conversación
es interesarse por lo que le complace al otro. Hay que procurar ser buen oyente
y tratar de lo que le agrada al prójimo. La persona con la que hablas le
importa más su dolor de muelas que una epidemia que mate a un millón de
personas en la China. Ser un buen oyente es la primera norma de toda
conversación, hablar y tratar de lo que quiere el prójimo, elogiar lo que sea
digno de elogio y no criticar ni herir con las palabras.
Otra
norma principal es en todo lo que sea posible evitar las discusiones personales
aunque se pudiera tener razón. Hay una sentencia que dice que "mejor
es dar paso a un perro, que ser mordido por él al disputarle ese derecho. Ni
aún matando al perro te curarías de la mordedura". El mejor modo
de salir ganando de una discusión es evitarla.
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