jueves, 7 de mayo de 2020

Los buenos ejemplos del sacerdote


Asimismo dice el Concilio de Trento: 

“Ninguna cosa induce con mayor eficacia a los fieles a la verdadera piedad como los buenos ejemplos del sacerdote. En él, como en un espejo de perfección, se posan los ojos de los hombres. Por eso debe ordenar su vida, modales, su exterior, gestos y palabras, de tal suerte que nunca se aparte de la gravedad, la moderación y el sentido religioso que a su profesión corresponden”. 



(Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior)

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