martes, 19 de mayo de 2020

Cien veces más en este mundo


Dios pagará muy bien a quien ponga sus cualidades al servicio de su vocación y del apostolado. Cuando San Pedro le preguntó a Jesús que les iba a dar a ellos por haber dejado todo por seguirle, su respuesta fue que “a vosotros ya los que por mi causa y por el Evangelio dejen casa, padre, madre, hermano o hermana, les daré cien veces más en esta vida, y después la vida eterna”. 

Efectivamente, en la vida de los santos comprobamos como es verdad que Dios, además de la vida eterna, en esta tierra también les da el ciento por uno. Si miramos por ejemplo a los apóstoles, de ser simples pescadores como tantos y tantos, pasaron a ser conocidos para siempre en todo el mundo. Por el contrario, del joven rico, que no quiso seguir su corazón, no se ha sabido nada más, ni siquiera su nombre. 

Otro ejemplo es el de Santa Teresita del Niño Jesús. Era consciente de que, al desposarse con el Rey de Cielos y Tierra, ella quedaba en posición de “princesa”. El día de su profesión, cuando se levantó y se asomó por la ventana, vio todo cubierto de nieve… lo que le hizo sentir una gran emoción, porque la nieve siempre le había encantado. ¿Qué esposo del mundo por poderoso que fuera podía hacer a su novia un regalo así?


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