martes, 26 de mayo de 2020

Cuando Dios elige un alma, la hace feliz


No niego que la vocación sea un gran sacrificio, pero es un gran don. Antes de subrayar el sacrificio tan grande que hace el alma hay que subrayar que también Dios le da un don muy grande. Nosotros decimos: “qué renuncia tan grande”. 

Cuando Dios elige un alma, la hace feliz. Antes de subrayar el sacrificio, hay que también subrayar el don, Dios nos elige y nos hace felices a cada uno de una manera. Tenemos que creer que es Dios quien da las vocaciones. En esta vida nosotros somos descubridores del lugar en el que Dios nos quiere ver insertados, yo no me invento mi vocación, yo la descubro. La iniciativa es de Dios. Nos admiramos de cómo Dios se puede servir de nosotros para llevar adelante su tarea de salvación.

(Mons. Jose Ignacio Munilla)


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