martes, 17 de noviembre de 2015

Una sola cosa es necesaria


La vida del alma que aspira a la santidad ha de ser alma de oración. El alma que no ama la oraciones difícil o mejor diría, moralmente imposible que sea buena. Si veis un alma tibia, decid: hace mal la oración, y diréis toda la verdad. El gran empeño del Demonio en cuanto a las almas que aspiran a la santidad, es hacerles perder la oración, porque si lo vence en eso, lo vencerá en todo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario