miércoles, 5 de agosto de 2015

Adolescencia. Santa Teresa de Jesús (III).

      Teresa de Ahumada y Cepeda tiene quince años; a su edad, su madre ya estaba casada; ella, sin embargo, junto a un padre preocupado, una hermana distraída y unos hermanos a quienes admira, estaba expuesta a todas las sorpresas del corazón.

         Uno de sus primos se enamoró de ella, y Teresa se dejó enredar en el sentimiento que inspiraba: “Como comenzaba a entender que una persona me tenía voluntad, y si me caía en gracia, me aficionaba tanto, que me ataba en gran manera la memoria a pensar en él…”

         Aunque no da nombres, silenciando el de quien consigue turbarla, sabemos que a uno de sus primos nunca le volvió a ver; aunque continuó relacionándose con los otros; se trata de Pedro. ¿Acaso no puede deducirse de ello que estuvo enamorada de él? ¿Qué motivo había, si no, para evitarlo, ella que fue siempre tan fiel a los lazos familiares? Tal vez sólo uno: la importancia que siempre daría a “quitar la ocasión”.

(La Vida de Santa Teresa de Jesús, Arcaduz).

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