viernes, 3 de junio de 2016

Bajo una cláusula... Santo Cura de Ars (XI)


Por un inesperado favor, debido sin duda a las gestiones de su abnegado maestro, mas también a la fama de sus virtudes, después del diaconado se trató de que fuese admitido a la ordenación sacerdotal.

Por segunda vez sufrió el examen canónico en Ecully, ante el vicario general señor Bochard. “El docto examinador interrogó por espacio de más de una hora al Rdo. Vianney sobre los puntos más difíciles de teología moral. Quedó muy satisfecho de sus respuestas y admirado de tanta claridad y precisión… Decidióse que el nuevo diácono, después de algunos días de ejercicios, sería ordenado sacerdote.

El 9 de Agosto el Rdo. Vianney se presentó en las oficinas del arzobispado, donde el señor Couborn le entregó las cartas testimoniales. Decían éstas que Mons. Grenoble podía ordenar para la diócesis de Lión a Juan María Vianney, pero bajo esta cláusula: que el nuevo sacerdote no recibiría sino más tarde la licencia de absolver los pecados, cuando pluguiere a su ordinario.


“Los juicios de los hombres no son ciertamente los de Dios”: ¡el tímido diácono que con tales condiciones partía para Grenoble había de pasar las tres cuartas partes de su vida sentado en un confesionario! “La Iglesia -dijo el señor Couborn al firmar los testimoniales- no necesita tan sólo de sacerdotes sabios, sino también y aun más de sacerdotes piadosos”.

(El Santo Cura de Ars, Arcaduz)

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