martes, 24 de febrero de 2015

Conferencia de San Juan Bosco a unos novicios (XI).

Pero no basta tener la vocación para hacer bien en una congregación; es necesario también tener fuerzas suficientes para seguirla. Hay quien tuvo vocación y no la siguió inmediatamente; se entregó a los vicios, se dejó llevar de sus malas inclinaciones y de este modo se hizo esclavo de sus pasiones, las que le tiranizan y ya casi no encuentra dueño de ellas. El noviciado fue establecido para que el novicio mida sus fuerzas, es decir, si su debilidad no le hace inútil para esta santa vida; está establecido para que el superior vea si el individuo tiene realmente la fuerza, la virtud y la voluntad resuelta de seguir su vocación.


El noviciado está establecido para que cada uno se embeba bien de las reglas y después pueda desempeñar sus deberes con facilidad y presteza. El noviciado está establecido para que cada uno se fortifique en las virtudes, de modo que, después de haber con la profesión religiosa reconquistado la inocencia bautismal, no la pierda de nuevo por la fuerza de las pasiones vivas e inmortificadas todavía.

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