martes, 10 de febrero de 2015

Conferencia de San Juan Bosco a unos novicios (VIII).


Replicará alguno “¿Pero estoy yo verdaderamente cierto de haber sido llamado para permanecer en esta vocación?” Y ¿no está establecido el noviciado en todas las congregaciones de intento para que el novicio, en el año de prueba, vea si verdaderamente está llamado por el Señor a aquella vida y para dar tiempo a los superiores de poder conocerlo y después aconsejarle y decirle: “Entra, conocemos que tienes vocación”, o por el contrario: “Sal, nos hemos dado cuenta que tú no tienes vocación”? Esto os lo digo sinceramente a cada uno en particular, y en general a todos. Ciertamente, vosotros habéis sido llamados a servir al Señor en la Congregación de San Francisco de Sales, y quien no corresponde, pone en grave peligro su eterna salvación. Pero ¿cómo? 

Por dos motivos: 
1º Si yo o vuestros superiores hubiésemos tenido alguna duda no os habríamos aceptado. Casi todos los días hay quien viene a pedir entrar, y los superiores ven que algunos no tienen las condiciones necesarias, es decir, no tienen vocación, y no lo aceptan. Si vosotros habéis sido recibidos, señal es de que vuestros superiores, que han sido puestos por Dios para dirigiros y que deben dar cuenta de vuestra alma, han conocido ser ésta la voluntad de Dios. Pero dirá alguno: “¿Acaso el superior no obra a favor suyo?” ¿Y creéis vosotros que el superior quiera perder su alma y entregar la vuestra por tener a uno más en la Congregación? Quien entra no siendo llamado de Dios, no hará más que dar disgustos en casa. Aun vosotros veis que esta suposición sería muy poco lógica.

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