viernes, 2 de enero de 2015

Ordenación sacerdotal. San Juan Bosco (VII).

Es la festividad del Corpus Christi de 1841. Primero canta la Misa, después hace la procesión del Cuerpo de Cristo entre los cantos y alabanzas de las buenas gentes.

Por la noche, después de tanto ajetreo y felicitaciones, se quedan solos, como en las solemnes ocasiones de su vida, la madre y el hijo. Apenas hablan. Juan coge las manos de su madre y se las besa. Margarita hace lo mismo con las de su hijo, ya sacerdote. Una emoción inenarrable cruza las almas de los dos. Mamá Margarita acerca un poco más la silla a la del hijo:

-- Ya eres sacerdote, Juan. Ya dices Misa. De hoy en adelante estás más cerca de Jesús. Recuerda siempre que empezar a decir Misa es empezar a sufrir. Poco a poco te darás cuenta de que es la verdad… ¿Qué quieres que te diga, Juan? Estoy segura de que rezarás por mí siempre, esté viva o muerta. Esto me basta. Tú, desde hoy, piensa sólo en las almas, no pienses en mí.

Juan no sabe qué contestar a palabras tan sabias. Vuelve a acercar las manos de su madre a los labios y las vuelve a besar.


         (Don Bosco, un amigo del alma).

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