Habéis oído ya repetir
muchas veces aquel dicho de Santiago Apóstol: todo el mundo está en poder del
diablo. No penséis que sea exagerada la palabra todo. Ante todo está en el
Evangelio, y después, ¡cuánta experiencia demuestra!
Por el contrario, el que
deja el mundo y lo abandona, éste encuentra aquella preciosísima perla que es
la vocación religiosa, ¡Oh!, sí, sí; venda todo, si es preciso, para comprar esta
perla, porque siempre se compra barata. Alguien podrá decir: “Me he puesto en
el buen camino; estoy tranquilo”. Y bien, y yo le digo a éste: “Ten en cuenta
que en la vida religiosa no sólo encontrarás la paz, la salvación del alma,
toda felicidad espiritual, sino también aquellos bienes temporales que en el
mundo no habrías encontrado, aquí los tienes”.
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