viernes, 24 de marzo de 2017

Silencio ante las críticas. Santo Cura de Ars (XLIII)


Dicen que sois un santo –le escribía, en nombre de muchos de sus compañeros, un sacerdote que prudentemente se había muy bien guardado de firmar- y sin embargo, no todos vuelven convertidos. Haríais muy bien en moderar vuestro celo mal entendido; de lo contrario, nos veremos forzados a advertir a Monseñor.

El inculpado contestó directamente al autor de la carta a quien reconoció por la letra:

“Señor Cura, os doy sinceramente las gracias por los caritativos avisos que os habéis dignado darme. Reconozco mi ignorancia y mi incapacidad. Si las personas de las parroquias vecinas no se han convertido después de haber recibido de mí los sacramentos, tengo de ello muchísima pena. Si os parece bien podéis escribir a Monseñor, quien según espero, tendrá la bondad de reprenderme… Pedid a Dios, si os place, señor Cura, que haga el menor mal y el mayor bien”.

Tal respuesta tuvo el resultado que había de tener. El autor de la carta se apresuró a escribir al Rdo. Vianney para excusarse, y esta vez no omitió la firma.

(El Santo Cura de Ars, Arcaduz)

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