miércoles, 18 de mayo de 2016

Los estudios. Santo Cura de Ars (VII)


Para Juan María los estudios constituyeron un auténtico tormento. Según propia confesión, “no podía depositar nada en su torpe cabeza”. El demonio del desaliento le inquietaba constantemente. Conocedor del peligro, para mover al cielo a compasión y obtener el auxilio necesario, recurrió a un extremo heroico. Hizo voto de peregrinar a pie –mendigando a la idea y al regreso- hasta el santuario de la Louvesc, donde se halla el sepulcro de San Francisco de Regis. La distancia pasaba de unos cien kilómetros.



Refiere el señor Pasut: “Todos sabíamos que Juan María no había cursado con regularidad sus estudios, y nadie se maravillaba de su escaso éxito. Si más tarde obró verdaderos milagros en la dirección de las almas, lo debió a su perseverante trabajo y sobre todo a las gracias de que Dios le colmó visiblemente”.

(El Santo Cura de Ars, Arcaduz)

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