martes, 18 de noviembre de 2014

La alegría de agradar a Dios


            ¡Qué mayor alegría puede tener un alma que la de saber que da gusto a Dios!
            El Amor no puede estar ocioso, y por eso el que ama de verdad a Dios tiene que estar dándole continuamente pruebas de su amor.
        “El que ama no sufre en los trabajos” (San Agustín), porque para el alma enamorada, las molestias por Amor son gozo en el espíritu.
            El tiempo pasa y no vuelve, aprovechemos el tiempo para agradar en todo a Dios, y vivir para buscar la voluntad de Dios, porque es el tiempo que se transforma en eternidad.

            ¡Eternidad, eternidad el que piense en ti y no cambie, o esta loco o no tiene corazón” (San Agustín)


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