miércoles, 25 de enero de 2017

33. Guerra a los bailes (III). Santo Cura de Ars (XXXIII)


La señorita Claudina Tréve cuenta de sí misma que una vez bailó en unas bodas, hacia el mes de febrero. El Cura de Ars difirió absolverla hasta la fiesta de la Ascensión.

Durante su juventud, la señora Butillon hubo de esperar, en varias ocasiones, quince días o tres semanas para ser absuelta, por haber ido a la feria de Montmerle. No había bailado, pero “había frecuentado el lugar donde bailaban”.

Un padre de familia, que no conocía bien a su pastor, le propuso este sencillo caso de conciencia: “¿Puedo acompañar a mi hija al baile?

- No, amigo mío.

- Es que no la dejaré danzar.

Y el señor Cura de Ars concluyó con esta reflexión llena de profundísima psicología:

- ¡Oh, si ella no baila, ya bailará su corazón!”

(El Santo Cura de Ars, Arcaduz)

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