miércoles, 17 de mayo de 2017

Huída del mundo. Santa María Magdalena de Pazzi (I)


Cuando era niña, todo el tiempo que le quedaba libre de las obligaciones que le mandaba su madre, lo empleaba en oración devotísima en casa, en la Iglesia y en todas partes, y deseaba arrastrar a los otros a hacer lo mismo.

Algunas veces, le gustaba ponerse en oración vestida de monja, y le agradaba ponerse así ante el Señor, y deseaba con tanto ardor hacerse monja que le parecía, por así decir, que cada hora eran miles de años… Era su deseo hacerlo en una religión muy observante y en la que se recibiese con frecuencia el Santísimo Sacramento.


Era muy enemiga de las vanidades, tanto de arreglo del cabello, como de los vestidos… y lloraba cuando su madre quería vestirla de seda y que adornara su cabeza. Huía hasta de ver las vanidades y fiestas del mundo y las conversaciones terrenas.

(Santa María Magdalena de Pazzi)

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