jueves, 11 de mayo de 2017

Como los ángeles del cielo o como los santos en la tierra


La Imitación de Jesucristo dice al ministro de Dios: “Fuiste hecho sacerdote y consagrado para celebrar los santos misterios: sé ahora fiel, para celebrar el sacrificio con fervor, en su tiempo conveniente, y que tu conducta sea en todo irreprensible. Tu carga no es liviana; estás, por el contrario, ligado con obligaciones más estrechas y obligado a la más alta santidad. Un sacerdote ha de estar adornado de todas las virtudes, y dar a los demás ejemplo de vida pura. Sus costumbres no han de parecerse a las de la multitud: no le es lícito caminar por la vía común; antes bien, ha de vivir como los ángeles del cielo o como los santos en la tierra”.

(Garrigou-Lagrange, Las tres edades de la vida interior)

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