jueves, 27 de abril de 2017

¿Exagerados?


- Perdonadme Esteban, y hacedme la merced de aclararme racionalmente la situación. ¿No exigís demasiado a la naturaleza humana?

- Fijémonos en los hechos. Llevamos aquí doce años y nadie, que yo sepa, se ha muerto por falta de alimento o exceso de trabajo. ¿Acaso os parezco yo un pobre famélico?

- En absoluto.

- Pues lo mismo ocurre con todo mi rebaño. Las prescripciones de San Benito, que nos señalan dos raciones cocidas, una libra de pan y tres cuartas partes de una pinta de vino, no solo bastan para sostener el cuerpo y el alma separados . La carne lucha más contra el espíritu si está sobrealimentada.

- Pero eso, Esteban, es indudablemente más de lo que Dios exige.


- Depende de lo que queréis decir con esto, Pedro. Es cierto que Dios no exige hacer todo cuanto hacemos en Citeaux para ir al cielo. Ni siquiera exige lo que hacéis vosotros en Cluny. Una orden es una cosa y un consejo otra. Pero si creéis que en Citeaux hacemos más de lo que a Dios agrada, ¿cómo interpretáis esto? –dijo, tomando un crucifijo y alzándolo en la mano- ¡También se rieron de Él!

(Tres monjes rebeldes, P. Raymond)

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