lunes, 18 de enero de 2016

Vocaciones fallidas


Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla. 

Entonces se aproximó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas».

Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza».


Otro de sus discípulos le dijo: «Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre».

Pero Jesús le respondió: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos».

Después Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.

(Mt 8, 18-23)

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