jueves, 14 de enero de 2016

Dios nos lo ha dado. Devolvámoslo a Dios. Tres monjes rebeldes (VI)


Teodorico continuaba intentando convencer a su esposa acerca de la insensatez de la vocación de su hijo:

- ¿Os dais cuenta de todo cuanto exige el claustro? Exige los hombres más nobles y lo más noble del hombre. Exige gran resistencia física y una sorprendente singularidad de propósito. En el claustro sólo pueden alcanzar éxito quienes poseen la visión inflexible de una invencible fe. Tienen que contemplar fija e ininterrumpidamente a Dios.


- Mi señor, yo os lo aseguro; nuestro hijo ha nacido para el claustro. No cometerá ningún error. Dios nos lo ha dado. Devolvámoslo a Dios.

Teodorico no respondió, lo que permitió a su esposa añadir:

- La caballería se extiende por el mundo. Dejemos que nuestro hijo la lleve al claustro. Permitidle dedicarle su hidalguía a Dios…

(Tres monjes rebeldes, P. Raymond).


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