“He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según su palabra”.
Con estas palabras la Virgen María acepta la misión que Dios quiere para ella,
responde una vez más al Amor de Dios, como venía haciendo desde que nació.
Cuando
tuvo lugar la Anunciación del Ángel, la Virgen María tendría unos 14 años, y
con esa corta edad, Dios le llamó a la vocación más grande,
más importante y más especial que ha habido jamás: ¡ser Madre de Dios!
Aquí vemos que es posible que Dios nos esté llamando a seguirle aunque seamos
muy jóvenes, al igual que de la respuesta de esa niña de 14 años dependía la
redención de toda la humanidad, de nosotros también depende la salvación de
muchas otras almas, así que, como María,
debemos responder con generosidad y prontitud a la llamada del Señor:
“Hágase en mí según su palabra”.
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