“Para tener una señal de verdadera vocación no necesitáis
experimentar una constancia sensible; basta que persevere la parte superior del
espíritu. No debe creerse falta de vocación la persona llamada que, antes de
realizarla, no siente aquellos afectos sensibles que sentía en un principio.
Basta que la voluntad siga constante a no querer abandonar el divino
llamamiento”.
(San Francisco de Sales)
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