"Palpé por mí mismo que si los jóvenes encontraban una mano
bienhechora que se preocupara por ellos, les asistiera en los días festivos,
les buscara colocación con buenos patronos y les visitara durante la semana,
estos jóvenes se darían a una vida honrada, y resultarían al fin, buenos
cristianos y dignos ciudadanos. Este es el origen de nuestro Oratorio, que, con
la bendición del Señor, tomó tal incremento como yo nunca hubiera podido
imaginar."
(Memorias del Oratorio).
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