Cuando
esta noche en el coro me acordaba, sin yo quererlo, de mis días infantiles, de
mi casa, de los Reyes…, mis hábitos blancos me decían otra cosa…, también yo,
como los Magos, viene a buscar un Portal…, ya no soy niño a quien hay que dar
juguetes…, las ilusiones son ahora más grandes, y no son de esta vida….; las
ilusiones del mundo, como juguetes de niño, hacen feliz cuando se esperan…
después, todo es cartón.
Ilusiones de Cielo…, ilusión que dura
la vida y que después no defrauda. ¡Qué
contentos volverían los Magos después de haber visto a Dios! Yo también le veré…
no hay más que esperar un poco.
Los monjes también somos niños con
ilusión de noche de Reyes. No me entristece el recuerdo de mis años infantiles
con juguetes de cartón… no; no añoro lo feliz que fui porque ahora espero
seguro una felicidad mayor…, espero algo, que para expresarlo, la palabra
felicidad no sirve… es corta.
¡Hoy hay fiesta en el Portal de Belén!
También hay fiesta en el coro de los frailes, que pasan la noche cantándole al
Niño Jesús. ¡Horas en que el mundo sueña; sueña con ilusiones del mundo…,
ilusiones infantiles, flores que nacen y mueren…, o juguetes de cartón!
(Saber Esperar, San Rafael Arnaiz).
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