lunes, 1 de diciembre de 2014

Elección de los 12


Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.

A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: «No vayáis a regiones paganas, ni entréis en ninguna ciudad de los samaritanos. Id, en cambio, a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad a los enfermos, resucitad a los muertos, purificad a los leprosos, expulsad a los demonios. Lo que vosotros habéis recibido gratis, dadlo gratis.  No llevéis encima oro ni plata, ni monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento. Cuando entréis en una ciudad o en un pueblo, buscad a alguna persona respetable y permaneced en su casa hasta el momento de partir. Al entrar en la casa, saludadla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a vosotros. Y si no os reciben ni quieren escuchar sus palabras, al iros de esa casa o de esa ciudad, sacudiros hasta el polvo de sus pies.


(Mt. 10, 1-14)


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