Veremos
en el segundo número y con unas palabras del Santo Padre Pío XII en el Motu
Proprio "Primo Feliciter" a qué esta llamada la vida de los miembros
de los Institutos seculares:
"Toda la vida de
los socios de los Institutos Seculares, dedicada a Dios por la profesión, debe
convertirse en apostolado, el cual ha de ejercerse perpetua y santamente, con
tal pureza de intención, unión interior con Dios, generoso olvido y fuerte
abnegación de sí mismo, por amor a las almas, que no tanto manifieste el espíritu
interior de que está informado, cuanto continuamente lo alimente y renueve.
Este apostolado, que abraza toda la vida, se suele sentir continuamente tan
profunda y sinceramente en estos Institutos, que, son la ayuda y auxilio de la
divina providencia, parece que la sed y ardor de las almas no tanto dio
felizmente la ocasión a la consagración de la vida, cuanto impuso en gran parte
su forma y razón propia, y por modo maravilloso el llamado fin específico
exigió y creó también el fin genérico. Este apostolado de los Institutos
Seculares debe ejercerse fielmente, no sólo en el siglo, sino como desde el
siglo; y por lo mismo, en profesiones, ejercicios, formas y lugares
correspondientes a estas circunstancias y condiciones".
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