El
secreto de la afabilidad en la vida cotidiana: La cortesía.
Vamos a dedicar unos días a hablar de
una virtud que es una de las flores más preciosas de la caridad que no es otra
que la cortesía y los buenos modales. De esa virtud que nos permite saber hablar
y saber escuchar depende en muchas ocasiones nuestra dicha y contribuir a hacer
la vida más feliz a las personas con las que convivimos de manera cotidiana.
Leemos en la Biblia que "El
que no peca con la lengua es persona perfecta... Con la lengua bendecimos al
Señor, nuestro Padre, y con ella maldecimos a los hombres que ha sidjo hecho a
imagen de Dios" (Sant. 3, 2-9) y "La muerte y la vida están
en poder de la lengua" (Prov. 18, 21)
La lengua revela el corazón del hombre,
"De
la abundancia de corazón habla la boca" (Mt 12, 34). Por esta
razón Sócrates le dijo a un joven "habla para que te conozca",
porque el habla es el espejo del alma.
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