Cuando a las diez de la mañana, terminado el desayuno, di una vuelta por la plataforma flotante, ya había salido el barco Agulleit para el río Medio a recoger los mil y pico salmones que le estaban esperando en las barquichuelas que se balanceaban en las olas, lo mismo que ocurrió ayer y lo mismo que ocurrirá mañana.
Yo creo firmemente que habrá por estos mundos gente millonaria que daría una fortuna por darse el€ paseo que yo me di ayer en el Agulleit, paseo que no me costó nada, para que se cumpla una vez más aquello de la vida eterna, y el ciento por uno en esta vida.
(P. Segundo Llorente, 40 años en el Círculo Polar)
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