Al comenzar el año 1972 eL uno de enero
dijo Pablo VI: “Nuestros votos por el año nuevo: que sea bueno, activo, feliz, que no pase un
día sin el cumplimiento, al menos, de una obra buena; que no venga la noche sin
que la conciencia juzgue y rectifique nuestra tarea. Debemos progresar, no
distraídos e inconscientes, sino como gente que piensa en su camino, como dice
Dante. Así hermanos, que María la estrella de la mañana, oriente y haga bueno,
feliz el año que comenzó”.
Esto
nos enseña el tiempo, a no perderlo, porque es fugaz.... a emplearlo en cosas
útiles y buenas, en cosas que dan sentido a la vida. Cada hora es preciosa,
cada día único, cada año vale por sí... el tiempo es oro, es eternidad.
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