La vocación es una llamada de amor de predilección que Dios hace al alma. Las personas amamos con amor de benevolencia a mucha gente, con amor de amistad a nuestros amigos, con amor filial a nuestros padres, con amor de caridad debemos amar a todo el mundo… pero hay una parte del corazón muy especial que sólo se la entregas a una persona.
Las almas consagradas entregan su corazón entero, indiviso, a Dios, correspondiendo a su Amor, que siempre nos precede.
La iniciativa de la vocación siempre es de Dios, nosotros solamente elegimos si responder a su amor o no.
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