Cuando vivimos lo que Dios nos pide nos hacemos fuertes y fecundos, aunque seamos pequeños y débiles.
Santa Bernardita era una niña de 13 años, asmática y analfabeta: hoy Lourdes es uno de los lugares de peregrinación más importantes del mundo, recibiendo unos 6 millones de peregrinos al año, un río de fe.
Esta fecundidad del amor produce una gran
felicidad.
(P. Column, Miel del cadáver del león).